coachingpersonalA menudo tenemos la imagen del emprendedor@ como una persona entusiasmada y decidida que ha apostado por un proyecto, que lucha por hacerlo realidad, a veces sin el apoyo de quienes le rodean y mucho menos de las instituciones, aunque ese es un tema complicado que no trataremos hoy.

            Pero detrás de esa fachada de superhéroe suele esconderse una persona como cualquier otra, llena de miedos, incertidumbre, dudas…que ante todo tiene que contarse a sí misma su idea tantas veces como sea necesario para terminar creyéndoselo y por añadidura convencer a quienes le rodean para oírlo más veces aún. Si esta actitud pesa demasiado puede correr el riesgo de paralizar el proyecto por temor a arriesgarse.

            Otras, por el contrario, la persona emprendedora es demasiado optimista, piensa que su idea es única, fantástica o muy fácil de desarrollar y no es capaz de ver más allá de la limitación económica pensando que esa es la única que debe salvar para conseguir la realización de su proyecto.

            Salvando los extremos y tomando como ejemplo al emprendedor@ que es capaz de mantenerse en los términos del equilibrio, que se ha informado y formado y que sopesa cada paso que da, no quiere decir que esté exento de dificultades normalmente ajenas al emprendimiento en sí. La empresa, como la casa, el coche, o la ropa que usamos, es un reflejo de quienes somos y de cómo estamos interiormente. Si tenemos un proyecto empresarial seguro que tendrá nuestro reflejo íntegro. Tanto lo positivo como lo que no es tanto.

            ¿Qué quiere decir? Pues que si mi vida económica es dificultosa en lo personal, esa tendencia será la que marcará la empresa que llevemos a cabo. Si mis fallos están en la comunicación, seguro que me costará llegar a mis clientes. Si mis relaciones no son buenas personalmente, ¿cómo van a mejorar en mi empresa? Trasladamos allí donde vamos o a lo que hacemos todo lo que está sin resolver en nosotros. Es más, buscaremos personas con las que asociarnos o con las que trabajar que a la larga terminarán cometiendo los mismos errores, incluso habiéndolas elegido expresamente para cubrir nuestras carencias o fallos, cometerán errores o habrá circunstancias que en definitiva le lleven a la misma situación que tiene en su vida personal y luego diremos esa frase tan común: “Todo viene a la vez”. No es que venga es que usted lo ha atraído, inconscientemente.

            ¿Cuál tendría que ser la solución y cómo funciona el Coaching de Emprendedores para esto? Pues ayudando al emprendedor@ a determinar dónde están esas cuestiones que en su vida personal no van como le gustaría. Poniendo consciencia en ellos, de manera que al descubrirlos sea mucho más fácil poner soluciones o cambiar la manera de actuar, sobretodo cuando la empresa está en su fase de creación. El autoconocimiento a través del Coaching puede hacer que su proyecto o empresa tome el rumbo que de verdad le gustaría, a la vez que dirige su propia vida.