HOJA DE RUTA EN 7 PASOS PARA SALIR DEL HOYO O DE UNA SITUACIÓN EMOCIONALMENTE “MALA”
Todos pasamos por malos momentos, a veces espantosos, y parece que no hay manera de salir del hoyo. Como si nos succionase y quedásemos atrapados. Este invierno ha sido uno de esos momentos. Uno infinito, interminable. Pero me ratifico en que toda circunstancia aparentemente “mala” esconde un gran regalo. Esta hoja de ruta es el regalo, y se la dedico a todas y cada una de las personas que han estado y siguen estando a mi lado. Algunas desde que teníamos cinco años y que no dejan de sorprenderme cada día. Otras que siempre están y estuvieron, aunque en silencios intermitentes, dispuestas para auxiliarme a la mínima petición de ayuda. Y también a aquellas que, no supieron o no quisieron estar a la altura de un pozo negro y sin fondo, porque no siempre tenemos ganas o fuerzas para ayudar a los demás. Pero algún día necesitarán ayudarse a sí mismas y espero que esto pueda servirles. Todos ellos, con sus consejos u omisiones, me ayudaron a configurarla.
Aquello que nos arrastra a lo más profundo o nos eleva al mismísimo cielo, es lo que solemos llamar emoción. No es exclusivo de la mujeres, aunque nosotras, hormonalmente, lo tengamos más difícil. Porque al menos, una vez al mes, celebramos una fiesta emocional que no se sabe muy bien quién organizó, si dios o el diablo. Emoción (e-moción) viene del latín y significa energía en movimiento. Y a veces, desde luego, parece como si de una montaña rusa se tratase. Dependerá del juicio que tengamos sobre lo que nos ocurra, así se activará una emoción u otra. Si nos quedamos parados, bloqueados o inmóviles, la energía se estanca y hace daño al cuerpo al cabo del tiempo. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática.http://dle.rae.es/?id=EjXP0mU
1º paso: Date cuenta de la emoción aunque no le pongas una etiqueta clara.
A veces no sabemos con exactitud qué estamos sintiendo, pero sabemos que no estamos bien. Para ello separa el problema de ti. Míralo desde fuera, como si fueras un observador de ti mismo. Siempre hay “algo” que lo activa; una circunstancia que no te gusta, un problema que no sabes resolver, un miedo…
Di: “me siento así…por…”
2º paso: Acepta lo que estás pasando.
Lo primero que solemos hacer es resistirnos y tratar de luchar contra lo que sentimos, porque lo consideramos “malo”. Parece que debemos estar siempre “perfectos, alegres, felices…” dando una imagen que no siempre es real y no confesamos como nos sentimos por imagen, por orgullo o por no preocupar a los seres que queremos. Pero todo aparece “para algo” en nuestra vida. Normalmente es para que nos demos cuenta de “donde estamos”, “qué estamos haciendo”, “cómo estamos viviendo”… Algo que debes trascender y que te ayudará a evolucionar. Esta emoción es el combustible que necesitas para elevarte de la situación; la ira te activa, por ejemplo. Tratar de cambiarlo u obviarlo es resistirse. “Lo que resistes, persiste”, y así no se irá nunca. Se hará más duro o más grande.