(Transcribo una entrevista a un profesor italiano de Física Cuántica que explica que es para él la dualidad según sus experimentos y los experimentos de sus colegas anteriores a él y si hemos venido a sufrir o a ser feliz).

“En el momento en el que comprendemos que no existe la dualidad no tiene sentido escoger lo correcto o lo equivocado porque es la misma cosa. Yo creo mi realidad en aquello que me enfoco. Pero sólo si hago. Si no hago no creo ningún evento.

Y en cualquier cosa que hagas no es importante el camino que tomes, porque llegarás al mismo sitio. Porque tu has decidido crear el curso de tu vida. Tu eres dios y has decidido crear el camino que te llevará allí. Y el objetivo final, vayas por donde vayas, será el mismo, la unificación.

La distinción o no del dual es el punto de observación.

Supongamos que hemos venido a este mundo a tener la experiencia del sufrimiento a causa de la separación. Y tarde o temprano me digo que como esta vida es de sufrimiento, y de todas formas me voy a morir, puedo elegir entre una vida de riqueza o una vida miserable y pobre. Una elección puede parecer estupenda y la otra horrible. Entonces vivo una dualidad. No en el fin último, que me voy a morir de todas formas, pero si en la experiencia.

Parecería que esto es totalmente opuesto o dual. Sin embargo existe un parámetro que tiende a demostrar que en realidad esta diferencia no existe. Puedo hacer la experiencia o mi objetivo final en dos modos posibles: “uno correcto y otro equivocado”, según el lenguaje de la dualidad. Por ejemplo si quiero subir un monte, puedo hacerlo por la vía más corta pero más empinada o por la más larga y más suave. Al inicio del camino yo decido qué quiero subir al monte. Si subo por el camino “correcto” que he decidido hacer, lo haré en armonía. Estaré contento porque haré exactamente lo que he decidido hacer. Pero si hago otro camino, “equivocado” que se aleja del que he decidido hacer, porque los eventos de la vida me han llevado a hacerlo, sufriré. Y el sufrimiento es la representación de la distancia que hay entre aquello que yo decidí hacer y aquello que realmente estoy haciendo. Finalmente llegaré al mismo destino o resultado final, pero habré por un lado sufrido y por el otro gozado, donde el sufrimiento y la felicidad son dos modos de representar el camino que hice.

Pongamos un ejemplo. Yo soy rico, y al final moriré. Mi vida de rico es infeliz. Esto significa que yo había decidido ser pobre, pero mi experiencia de la realidad virtual me alejó de esta idea que había creado al inicio. Este alejamiento produce en mi, cada día sufrimiento. O yo soy rico, y soy feliz, porque he decidido hacer mi camino y conseguir mi objetivo final siendo rico, entonces estoy contento porque no me estoy alejando del camino que decidí al comienzo.

Como se ve en este contexto, la unión es la felicidad y la separación es la infelicidad. Donde la división es un momento de aprendizaje, donde la felicidad es un momento de aprendizaje, y feliz o infeliz son realmente dos aspectos duales técnicamente inexistentes porque el producto final será siempre el mismo.

Entonces todo depende de lo que he decido hacer. Si me alejo de mi decisión entonces puedo sufrir, tener complejo de culpa, etc. Pero llegaré de todas formas al mismo destino que si lo hago disfrutando.

Moraleja (del científico): Ninguno debería sufrir en este universo. Cada uno debe hacer lo que le parece.”

Otros conceptos para profundizar en el tema:

“Nosotros creemos que el universo es dual, pero en realidad no lo es. El encendido-apagado, el más –el menos, el bueno-el malo, el lleno- el vacío, el alto-el bajo- etc. en realidad parecen no existir. Y si no existen, significa que todo lo que vemos está equivocado. Esto, equivocado, también es un término dual, porque lo correcto o lo equivocado no tiene sentido. Y se comprende de inmediato apenas comenzamos a decir estas cosas que es difícil también expresarnos porque el lenguaje está basado en la dualidad. Por tanto, si la Física Cuántica moderna comienza a entender que el dualismo no existe, por ejemplo, onda-partícula, un objeto subatómico a veces se comporta como onda probabilística o como una partícula. No se sabe donde está el objeto pero se piensa que existe la probabilidad de encontrarlo en una esfera espacio-temporal. Son dos conceptos completamente diferentes (dualidad o unificación) y la física cuántica aún no comprende como se pueden ver las cosas como onda o como partícula.

Pero en realidad ese dualismo repercute en el comportamiento humano, donde se dice que uno es bueno y que el otro es malo, ¿existe el bueno y el malo? (…)

Según esto tampoco existe la ley de la causa-efecto. Son dos aspectos de la misma cosa, vista desde un lado o desde el otro en la línea temporal. Según la física de Bohm, en el universo no existe el tiempo, ni el espacio, ni la energía. Pero nosotros vemos y percibimos como si el tiempo existiera. Si no existe, ni siquiera existe la causa-efecto. ¿Por qué? Porque la causa es algo que ocurre antes y el efecto es algo que pasa después. En el momento que decimos que el tiempo no existe, la causa y el efecto ocurren en un único instante. Por lo tanto son la misma cosa.

Veámoslo desde un punto de vista sociológico. El hecho de que yo haya lanzado una pelota de goma contra el muro es el mismo evento que la pelota de goma me golpea el ojo. El efecto que puede hacer una persona que me da una bofetada y yo le respondo con un puntapié, es porque los dos eventos en realidad están conectados entre sí pero en un solo evento. Basta eliminar el primero para que el segundo desaparezca. Desde este punto de vista no sólo se puede decir que la causa y el efecto son la misma cosa, sino que también se puede decir que la acción y la reacción de la física son exactamente la misma cosa.

Nosotros que habitamos en un universo virtual donde creemos que el tiempo transcurre, vemos este evento causa-efecto, acción-reacción una vez desde la derecha y otra vez desde la izquierda. Es decir, una vez mirando hacia el futuro y otra vez mirando hacia el pasado. En este contexto los dos eventos se nos aparecen como dos modos distintos. Es como una moneda que de una cara es azul y de la otra es roja, pero es el mismo evento, la misma moneda.

Uno de los aspectos más interesantes que tiene el dualismo es el de la pregunta y la respuesta. Cuando me hago una pregunta me doy una respuesta. Pero no existen en realidad porque son el aspecto dual de la misma cosa. ¿Y como se puede demostrar esto? En el instante en el que yo no estoy en el mundo virtual, sino en el real, en el que no hay espacio ni tiempo, y tengo la comprensión total de las cosas, no me hago ya ninguna pregunta porque tengo todas las respuestas. Significa que en el momento en el que existe la unidad, hacerse una pregunta y darse una respuesta no tiene ningún sentido. Comienza a tener sentido cuando la conciencia crea un universo virtual, que es dual.

En el interior del universo virtual, si nos hacemos una pregunta y nos damos una respuesta, la respuesta cuanto más lejana esté en el tiempo, menos adquisición de respuesta tengo. Quiere decir que cuanto más corta es la demora de tiempo entre la pregunta y la respuesta, entre la acción y la reacción, entre la causa y el efecto, estamos más cerca de ser una cosa única, es decir, de comprender que la dualidad se está extinguiendo y que nos estamos volviendo una única cosa.”